La farmacogenómica, como rama de la genética aplicada, tiene el potencial de transformar la atención médica al personalizar tratamientos basados en las variaciones genéticas individuales. Este enfoque permite identificar cómo los pacientes responden a medicamentos específicos, optimizando tanto la eficacia como la seguridad. En la medicina de precisión, esta disciplina se posiciona como un componente esencial, permitiendo abordar desafíos relacionados con la variabilidad en la respuesta terapéutica y los costos asociados a tratamientos ineficaces.
En América Latina, la implementación de la farmacogenómica aún enfrenta barreras significativas, como la falta de infraestructura tecnológica y la limitada disponibilidad de bases de datos genómicas de las poblaciones locales. Sin embargo, entre 2019 y 2025, ha habido un crecimiento constante en la adopción de tecnologías de medicina de precisión, con un aumento del 28% en los estudios clínicos que integran farmacogenómica en tratamientos oncológicos y enfermedades crónicas, según datos de publicaciones abiertas en PubMed.
Un informe de 2022 destaca que países como Brasil, México y Argentina lideran en la investigación e integración de la farmacogenómica en sistemas de salud, con programas como el “Projeto Genoma Clínico” en Brasil. A pesar de estos avances, menos del 10% de las pruebas genéticas realizadas en la región están orientadas al análisis farmacogenómico, lo que evidencia la necesidad de estrategias más inclusivas.
Entre los principales beneficios de la farmacogenómica destaca la reducción de reacciones adversas a medicamentos (RAM), que representan el 6% de las hospitalizaciones en América Latina según un estudio de 2021. Además, los avances en el análisis de variantes genéticas, como las relacionadas con los genes CYP2D6 y CYP2C19, han permitido optimizar tratamientos para enfermedades cardiovasculares y oncológicas, logrando una mejora del 35% en la eficacia terapéutica en pacientes tratados con terapia dirigida.
Un análisis regional sugiere que la inversión en medicina de precisión y farmacogenómica ha crecido exponencialmente, alcanzando una tasa de crecimiento anual compuesta (CAGR) del 12%. Se estima que, para 2025, más del 40% de los programas nacionales de salud en América Latina incluirán directrices de medicina personalizada, impulsadas por la farmacogenómica. A pesar de estos avances, se mantiene una disparidad significativa en el acceso a estas tecnologías, con países de ingresos medianos y bajos enfrentando mayores desafíos.
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